En ocasiones los conflictos y controversias que se suscitan entre particulares o comerciantes derivados de actos, contratos, o convenios mercantiles, o bien aquellos que surgen entre proveedores y consumidores, no pueden ser resueltos a través de la mediación. Por ello, es necesario acudir al arbitraje como vía alternativa de resolución de conflictos; en este caso el arbitraje comercial.
Se dice que “un buen arbitraje depende de una buena clausula arbitral, así como de un buen arbitro”. Por lo tanto, gran parte del éxito del arbitraje depende de la adecuada redacción de una cláusula arbitral y, por supuesto, del conocimiento de las partes que integran el Tribunal Arbitral. Los contratos que redactamos en la correduría, así como las sociedades que constituimos, contienen clausulas arbitrales que cumplen con todos los requisitos para poder ser ejecutadas.
El uso del arbitraje en México ha sido cada vez más aceptado debido a las ventajas que este presenta sobre los tribunales judiciales.
Los árbitros o el árbitro designado actúan de manera imparcial e independiente.